jueves, 25 de marzo de 2021

DE NIÑAS A LEYENDAS

 VERÓNICA BOQUETE GIADÁNS

"Pienso que cada uno debe hacer lo posible porque las cosas mejoren"


Desde la ventana de su apartamento en Pekín, Vero observa esa ciudad de aspecto caótico, ruidosa, en la que nadie parece dormir, y su memoria se transporta a su Santiago natal. Allí todo era ordenado, tranquilo...

De pronto ya no está en China, los recuerdos le traen imágenes de sus paseos por aquellas calles que susurraban historias antiguas: la suavidad constante de la lluvia que daba esa luz y ese color tan especial a su ciudad y era testigo de su alegría, de su entusiasmo y de sus sueños. ¿El mayor de todos? Convertirse en jugadora de fútbol, alentada por su padre y su hermano, quienes siempre creyeron en ella y fueron inspiración y su ejemplo.

Empezó disfrutando de aquel juego. Jugar al fútbol era lo que más le gustaba: ni se le pasaba por la cabeza que hubiera selecciones, que sea jugasen competiciones nacionales e internacionales. Más tarde se enteró de que había otras mujeres que se dedicaban profesionalmente a ello. Eso fue un descubrimiento increíble, decidiendo entonces que ella también lo sería y que nada la iba a detener, pero que, aunque hiciera de ello su profesión, tampoco dejaría de disfrutar como lo hacía siempre.

El fútbol femenino aún era un gran desconocido y a veces incluso olvidado o no valorado lo suficiente, pero eso también era un aliciente...¡ Había tanto por hacer! Y ella estaba dispuesta a poner en ello todas las fuerzas y energías, que eran muchas.

Para ello, a los dieciocho años tuvo que dejar atrás la ciudad, y sus maletas, cargadas de sueños, empezaron a viajar en un movimiento constante que la llevó primero a Zaragoza y Barcelona y luego mucho más lejos, y en todos esos lugares fue cosechando copas y Eurocopas.

Toda su vida es una sucesión de aeropuertos, lugares, culturas...pero sobre todo puertas. Puertas que se abren y otras que se cierran. Y en cada una de ellas disfruta, sufre, pero por encima de todo, aprende.

En su profesión, esa que tanto ama y que es la cristalización del sueño de aquella niña compostelana, libra continuamente batallas no solo deportivas sino también sociales. Vero es mucho más que una futbolista, es una mujer comprometida. Cuando juega con sus compañeras siempre grita:" Más, tenemos que dar mucho más" y ese esfuerzo preside su vida y sus actos.

Sus ojos y sus pensamientos vuelven de nuevo al bullicio que cada día ve desde su ventana de Pekín. Recuerda que en los primeros momentos el choque cultural la mantuvo en shock. No sabe por cuánto tiempo se quedará en este país en el que cada día es testigo de viajes continuos en el tiempo: en unas cosas están treinta años por delante y, en otras, por detrás.

A Vero le hubiera gustado estar toda su carrera en un mismo club, pero es consciente de que, de haber sido así, hoy no sería la jugadora y la persona que es ahora. En ese ir y venir de ciudades, paises y culturas ha aprendido diferentes formas de trabajar, varios estilos de juego y en definitiva, distintas maneras de vivir y sentir. Sus sueños la siguen acompañando y espera que en un futuro no muy lejano pueda ser entrenadora y tener la oportunidad de compartir con otras chicas lo mucho que ha aprendido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario