sábado, 20 de marzo de 2021

DE NIÑAS A LEYENDAS.

AMAYA VALDEMORO MADARIAGA

" Rendirse, no entra en los planes"

Más de dos décadas en las canchas cosechando grandes éxitos han hecho de esta madrileña una deportista de renombre. A los ocho años ya quería ser campeona olímpica de atletismo, Correr le apasionaba, pero pronto el baloncesto de cruzó en su camino y a los catorce abandonó su casa para entrenar lejos de su familia y convertirse, en breve, en una jugadora más de la selección española femenina absoluta.

Del deporte individual a uno de equipo, no tardó en entender que para poder ganar los partidos no contaba ella sola, el baloncesto ayudó a limar su carácter. Ser humilde, pasar de la competitividad al compañerismo fue uno de sus primeros aprendizajes.

A lso dieciocho años vivió una de las batallas más duras de su vida, la de recuperarse trás la muerte de su madre. Aprendió que ser vulnerable era parte de la vida y que necesitaba el apoyo de los suyos.

 En lo profesional su momento más difícil lo vivió a los treinta y cinco años, cuando se rompió las dos muñecas en una caida. "Cada vez que lo recuerto me pone los pelos de punta; no podía ni ir al baño sola..pero volví", dice siempre con orgullo. El miedo a no volver a competir, a no ser independiente y necesitar de los demás para afrontar el día a día y tantos otros miedos que le acompañeron y que necesitaron de muhcas fintas para seguir corriendo por la cancha y ganar este partido. A los cuatro meses, recuperada y más fuerte, volvió a competir. Lo que iba a suponer el fin de su carrera, se convirtió en un nuevo reto: ganó un europeo trás el regreso y si, entonces sí lo dejó, pero den uevo por todo lo alto.

Ella siempre comente que durante muchos años ha sido llamada "La Pau GAsol", deoirtusta al que admira mucho. Pero no anhela ser él, tan solo le gustaría tener sus mismos recursos. Para ella, la igualdad en el deporte tiene que venir tanto de la mano de las mujeres como de los hombres.

Amaya ha sido una auténtica máquina de las canchas y una mujer preocupada por lod demás fuera de ellas. Desde 2015, ya retirada definitivamente de las pistas, se dedica a fomentar el baloncessto y sus valores en campus deportivos con niños y niñas, combinando el deporte y la educación. Un  proyecto diferente y que le entusiasma.

Trofeos, competiciones y, com ella dice, "una escayola como medalla olímpica" han hecho  de esta deportista una de las mejores jugadoras de baloncesto de la historia. Constancia, sacrificio, voluntad y compañerismo son algunas de sus cualidades. Y es que, ¡ si Amaya quiere, puede¡



 

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